martes, 12 de noviembre de 2013

Maestros

Nadie les esperaba, entraron en Londres con algo de sufrimiento con la temprana caida en París, pero entraron. Primer sueño cumplido, que estuviesen allí ya era un sueño. Un cuadro muy duro, pero para ser maestro hay que ganar a todos.
Primer partido contra Marc y Marcel, Verdasco y Marrero habían ganado las seis veces que se habían enfrentado a ellos, pero eran los maestros del año anterior, defendían título, pero eso no hizo a David y a Fer jugar peor y llegó la septima, en dos sets. Siguiente partido en el grupo contra Paes y Stepanek, partido durísimo, rivales que imponían por quienes eran, por lo que habían hecho durante estos años, pero de nuevo, con un buen tenis, el partido se pudo sacar adelante y ahí estaba, SEMIS, aquello ya era un sueño.
Los mismos partidos que habían ganado tenían que ganar para tocar el cielo.
Peya y Soares, partido que acabó peor de lo que esperábamos, no por el resultado, si no por la noticia de la espalda de David, nadie sabía nada. Por suerte, estaba ese día entre medias, para que se recuperase, pero desde luego, los fans teníamos el miedo en el cuerpo sin saber nada.
Dodig y Melo, verdugos de Fer y David en la final de Shanghai, pero jugaron como si ese torneo hace dos semanas, tres, no hubiese existido, como si esa final no la hubiesen perdido nunca. Un partido simplemente perfecto, que cada golpe nos hacía verlo más cerca, LA FINAL y llegó. De pronto miles de sentimientos se agolparon, de emoción, de alegría, de felicidad. Se lo merecían, habían luchado por estar allí como nadie, habían sufrido, lesiones, malos momentos; 5 semis consecutivas sin llegar esa final tan esperada. Y de pronto, los novatos, esos que entraron por los pelos, se habían colado en la final, pero no se habían colado en la final porque sí, sino porque se habían esforzado, porque han entrenado, se han machacado, se han sacrificado, y han luchado como pocos y ahí estaban en esa merecidísima final.
Pero yo, los fans, no les podíamos pedir más, solo que disfrutaran, que disfrutaran un partido contra los n1 no solo del mundo sino de la historia, que sintiesen cada bola que golpeaban, que se diesen cuenta de todo lo conseguido; no pedíamos más.
Saltaron a la pista, se les veía serios pero disfrutando el momento, tratando de vivirlo al máximo.
Las lágrimas caían por mis mejillas cuando esas 4 bolas de set para los Bryans se convertían en un juego más para vosotros y de pronto, una bola de rotura y un juego al servicio perfecto hizo vuestro el set.
Lo inesperado, lo ilógico, estaba sucediendo.
Un segundo set, claro para vosotros, una pena que los Bryans forzasen el tie break, en el cual os derrotaron y directos al supertie break. Y ahí, en ese preciso momento, en el que uno de los bryans toca la pelota con la raqueta y no coge la dirección correcta, SE VA.
CAMPEONES, Verdasco en el suelo y Marrero con los brazos en alto, el primero en el fondo de la pista, el segundo en la red. Se buscaron y se abrazaron, lo habían hecho, paso a paso, despacito, esa pareja que perdió sus dos primeros partidos crecieron y ahora son LOS MAESTROS.
Miles de momentos que habíamos vivido se concentraban ahí, ese torneo de Acaculco, el de Umag, el de Buenos Aires, el de Hamburgo y el de San Petersburgo, todos esos buenos momentos; aunque también ha habido malos.
Ese momento durante el partido en el que David fallaba esa derecha y se enfadaba con él mismo y de pronto, Fer a su lado, hablándole y al acabar la conversación ver como David volvía a tener esa sonrisa, es entre otras cosas lo que les lleva a ser lo que son.
Los fans no pedíamos aquello, simplemente que lo disfrutaran, cuando se ganó el primer set, los sueños estaban vivos. Miles de comentarios via whats app, twitter... pero cuando de pronto se acaba el partido, como si el tiempo se hubiese detenido en las redes sociales, no llegaba nada. Solo pensábamos en lo que acababa de pasar y nos preguntábamos sobre que decir, sobre que escribir, porque todo lo habían dicho ellos en la pista. Twitter echaba humo, dizmil comentarios llegaban y yo seguía sin poner nada. Trataba de buscar algo que los describiese, pero es que no había ni una sola palabra que expresase lo que sentía o lo que me habían hecho sentir, no solo ayer, sino durante toda la temporada. Y encontré esa palabra fue GRACIAS
Y es gracias por un año muy duro, por no rendiros jamás, por hacerme soñar, por hacerme sufrir, por hacerme llorar, por ilusionarme como nunca, por hacerme levantarnos de madrugada por veros, GRACIAS por darme la darme la VIDA, porque eso es lo que hacéis con vuestro tenis.
ENHORABUENA CAMPEONES #M&V

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